12 de septiembre de 2016

¿Confías en los amuletos? La mano de Fátima

Hoy quiero hablaros de un amuleto que tiene la particularidad que representa una mano, es el Hamsa o Khamsa, también llamado "Mano de Fátima", en alusión a Fátima (606-632), hija del profeta Mahoma. También se la llama "Ojo de Fátima", debido a que algunas versiones del símbolo incluyen un ojo. 


Mano de fatima


Existe una gran variedad de diseños de la mano de Fátima, aunque todos coinciden en tener los dedos dispuestos de dos formas básicas: con un único dedo pulgar, o con tres dedos centrales y dos dedos del mismo tamaño a cada lado. Algunos de estos amuletos tienen en el centro de la palma el ojo de Maat, que protege contra el mal de ojo.

Los judíos, por su parte, con frecuencia lo llaman "Mano de Miriam" (hermana de Moisés y Aarón) o "Mano cinco". La versión judía, lleva cuatro pequeños peces colgando de la muñeca.

Típicamente aparece en pendientes, colgantes, en las puertas de las casas (a veces como aldaba o picaporte), en coches, tatuado en el cuerpo, etc, etc.

En el mundo árabe se utiliza para protegerse de la desgracia en general y del mal de ojo en particular.

En España aparece representada en la Alhambra de Granada.

Puerta de la Justicia- Alhambra de Granada
Puerta de la Justicia- Alhambra de Granada
Quirológicamente esta figura representa una mano de forma más bien cónica, propia de alguien creativo, con gran sentido de la estetica, que busca la perfección en si mismo y en los demás, y como tiene del mismo tamaño el dedo Pulgar (la fuerza de voluntad y la lógica) y el Meñique (comunicación y pensamiento rápido) es decir, interior y  exterior de una persona, las tres fuerzas restantes de su vida: Índice (confianza en si mismo), Medio (moral) y Anular (capacidad de dar y recibir amor) se van a desarrollar de forma proporcionada, igualitaria y armónica.
 
Durante siglos de ignorancia hemos dado el poder a otros (familia, pareja, amigos, religión, poderes públicos, etc, etc.) y cuando estos nos han defraudado, herido o traicionado nos hemos sentido como bebés recién nacidos: desprotegidos, vulnerables e indefensos. En vez de confiar en nuestra fuerza interior hemos recurrido a agentes externos de todo tipo: nueva pareja, nuevos amigos, nueva religión, nuevo partido..., o a objetos a los cuales la tradición atribuye fuerza sobrenatural dispensadora de ayuda y protección, sin percatarnos de que la fuerza protectora la ponemos nosotros con nuestra fe y confianza ilimitada. 

Desde aquí os animo a que confiéis en vuestra fuerza interior que es más poderosa de lo que creéis. ¿Tenéis algún amuleto? ¿Confiáis en él? Decidme si os sirve en los comentarios.


Un cariñoso saludo,

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