Te animo a que observes lo que te viene a la cabeza sobre ti mismo y sobre los demás, porque según sean tus pensamientos te estás creando un cielo o un infierno para ti sólito. Para ilustrar esto te voy a contar un relato hindú, que leí no se donde y que me encantó.
Un caminante, después de un pesado día de acá para allá se fue a sentar, sin saberlo, bajo un pozo mágico de deseos. Fatigado de tanto andar sintió hambre, y pensó:
- ¡Ahora mismo me comería....!, e inmediatamente le vinieron a la cabeza un par de platos de su gusto y rápidamente apareció, flotando en el aire su comida preferida.