19 de agosto de 2015

Meditación para las heridas de amor

 Cuando acabas una relación, normalmente te cuesta pasar página y te viene una y otra vez si hiciste bien o mal y la película de lo que ocurrió, te hizo e hiciste, no para de proyectarse en tu cabeza. Para ese tiempo de dolor te propongo esta meditación, como un bálsamo que te ayude a cerrar esa herida y seguir adelante.

Tres de Espadas- Tarot Dali
Tres de Espadas- Tarot Dali


   Siéntate cómodamente, apoya las manos en los muslos y vas soltando las tensiones, suelta piernas, pelvis, estómago, pecho, garganta, cabeza y sigue soltando tensiones, con cada inspiración te imaginas que entra por tu nariz luz blanca y suelta con el aire todo lo que te hace estar encogido y en guardia, miedo, enfado, resentimiento....

  Fija tu atención en tu corazón físico, siéntelo palpitar y observa como con cada latido se hace más y más grande y tu pequeñito, muy pequeñito tanto, que te introduces en el y entras en tu centro de amor.

  Una vez dentro, te ves  en una sala muy grande adornada con luz de todos los colores del arco iris.

  Dirígete al centro de la sala, donde hay un gran recipiente de cristal dorado del que salen unas llamas preciosas de mil colores,  si pasas las manos por encima no te quema, porque ahí esta tu fuego interno y es tu núcleo de amor y paz.

  Y.. ahora piensa en la persona que te interesa y preocupa y tráela aquí, a tu templo del corazón.

  Te colocas frente a ella, coges su mano y la otra libre os la colocáis cada uno en el corazón.

  Desde tu centro de amor, miras a los ojos de la persona y la dices lo que sientes por el/ella de verdad, si estas dolido/a por su comportamiento, si crees que debería haber sido más sincero/a contigo, si lo que realmente sientes es tu orgullo herido, si lo que más te duele es el que dirán... etc... y...pide a la persona que, de igual manera te cuente, sus verdaderos sentimientos...

  Estáis hablando desde el corazón y es muy importante lo que digáis cada uno, porque lo hacéis sin filtros ni miedos, a cara descubierta.

  Dedica varios minutos a sincerarte y una vez acabado os abrazais y os dais las gracias por la sinceridad y cariño que  tenéis internamente, porque estáis hechos de la misma esencia de luz .

 Todo resentimiento, ira o reproche que haya por ambas partes lo lánzais al fuego purificador que esta en medio de vosotros. 

  Te despides en paz, sales del corazón que poco a poco vuelve a su tamaño real, te recobras y vas volviendo al aquí y ahora.

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